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                                                                                              "Eat me"

Vivimos inmersos en un mundo capitalista y globalizado, absorto en las redes sociales, el internet y los mass media; expuestos a la mercadotecnia que nos persuade al consumo de productos que destapen la felicidad, donde, para todo lo que el dinero no pueda comprar, existan esos plásticos que nos den el pase al fascinante mundo del consumismo y confiamos más en que no nos abandone nuestro roll-on que en nuestras autoridades.

La idea del consumo, como un acto natural y necesario se contrapone con el consumismo, al definirse este como un acto artificial, una tendencia inmoderada a adquirir, gastar o consumir bienes, no siempre necesarios. El modelo social actual, coloca las cuestiones materiales por delante de las verdaderas realizaciones humanas, sujetándonos a vivir en la “Sociedad del Consumo”, donde se trastoca su naturaleza necesaria, para convertirnos en pequeños cerdos capitalistas, convergentes en una sociedad depredadora de recursos y altamente consumidora.

“Compro, luego existo”, Loaeza 2003; nuestro universo actual, se ha convertido en lo que algunos denominan “la sociedad del confort”, regidos por la moda, el estatus social, la comodidad, la popularidad, nos movemos como cardumen en búsqueda de aprobación social, sin cuestionarnos lo más transcendental, como el impacto que los procesos de elaboración de estos productos hacen al medio ambiente, o qué tipo de ingredientes se utilizan en la elaboración de los alimentos procesados que consumimos y cómo éstos afectan a nuestro organismo, cuántos animales mueren en el proceso y de qué manera son utilizados en los laboratorios.
 

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